Aun cuando muchos asocian a San Pedro con naranjas, duraznos y otras frutas de carozo, los últimos veinte años han posicionado a esta localidad bonaerense como tierra de viveros. Sucede que al quedar subdividida en pequeños lotes, fruto del proceso de colonización y distribución de la tierra, muchos de los históricos productores de frutales decidieron emplear sus parcelas en reproducir platines de distintas variedades. Por eso, es tierra de viveros.
Ubicados uno casi al lado del otro y a la vera de las rutas, los viveros de San Pedro se caracterizan por intercalar rosales, con frutales, arbustos ornamentales y árboles nativos.
En esta transición, de ser una zona mayormente frutícola a poseer más de 153 viveros en la actualidad, se han dado muchos procesos en los que ha tenido mucho que ver la Estación Experimental del INTA. De ahí que Laura Hansen, quien se desempeña hace 5 años como directora, pueda describir con exactitud el camino transitado.
“San Pedro tiene una tradición de producciones intensivas desde hace muchos años. Algunas actividades vinieron con la inmigración mallorquina, pero creemos también que está vinculado a que que San Pedro es una zona dividida, en lotes chicos de producción”, inició el relato.
“Entonces el productor fue buscando mayor rentabilidad en una superficie pequeña. Históricamente fuimos importante en fruticultura y lo seguimos siendo, pero con una característica totalmente diferente a lo que fue hace más de 20 años”, dijo Hansen en su diálogo con Bichos de Campo.
Sin perder esta tradición frutícola, los viveros nacieron inicialmente con el fin de “abastecer a la plantación de los montes frutales. En principio había muchos viveros que se dedicaban a durazno y cítricos. Con el tiempo y vinculado al mercado, todo fue cambiando y la producción se fue reconvirtiendo. Entonces los productores fueron adaptándose y empezando a producir plantas ornamentales”, describió Hansen.
“San Pedro se caracteriza por eso, por la producción de plantas ornamentales a campo. En los últimos años también ha empezado a producirse plantas en maceta o contenedor, lo que tiene un montón de ventajas porque hace más eficiente el uso del espacio. Pero en general San Pedro se caracteriza por la producción a campo. Tenemos 153 viveros familiares”, precisó.
En este aspecto, Laura consideró que es un sello distintivo el hecho de que los viveros en esta zona sean emprendimientso netamente familiares. “La mayoría son viveros familiares y muchos están tecnificados. Hay algunas empresas grandes, pero se caracterizan porque está involucrada toda la familia en el vivero. Cada uno de los integrantes cumple un rol. Entonces ves que las mujeres están más vinculadas a la parte de comercialización, a toda la parte administrativa, de gestión económica. El productor varón se ocupa de la gestión del personal y del trabajo más de campo”, contó.
Bichos de Campo