Días atrás se anticipó en el plan de fuerte ajuste que la nueva conducción del INTA, a cargo de Nicolás Bronzovich, intentará llevar a cabo sobre la estructura actual del organismo tecnológico. La motosierra será implacable, pues se prevé la desaparición de más de un millar de puestos de trabajo en 2024, así como una profunda revisión de los gastos en combustible, viáticos y telefonía.
Pero hay un punto de ese proyecto libertario para el INTA todavía más extremo, ya que el gobierno de Javier Milei planea poner “a diponibilidad” de la AABE, la Administradora de Bienes del Estado, un total de 27 mil hectáreas de tierras productivos en más de 20 experimentales de todo el país, de aquí a 2027. El objetivo es venderlas.
“Disponibilizar” los campos del INTA podría implicar en el corto plazo tanto la venta de esas propiedades como la posibilidad de arrendarlas a un tercero para que los produzca a cambio de un canon. En todos los casos, lo que se modifica desde la situación actual es que la plata obtenida no quedará dentro del INTA para cubrir gastos de funcionamiento (hoy existen cooperadoras que utilizan los fondos recaudados para el mantenimiento de las experimentales) sino que serán absorbida directamente por el Tesoro Nacional. Es decir que la decisión es realizar un gran negocio inmobiliario a partir de los campos en poder del Instituto.
La AABE ya puso a prueba la resistencia de la comunidad “inteana” al avanzar en la venta de un campo del INTA Cerrillos (Salta) y del histórico edificio de Cerviño 3101, en CABA. Pero su plan es mucho más ambicioso y en una primera etapa involucra a 22 campos experimentales, que ya han sido mensurados y puestos a consideración de las autoridades. Muchos se relamen.
Del documento interno y “confidencial” que ahora publica Bichos de Campo surge con claridad que perderán el control y manejo de sus terrenos varias de las Estaciones Experimentales más emblemáticas del INTA, como la de Balcarce, Pergamino, Concepción del Uruguay, Rafaela, Hilario Ascasubi, Anguil, San Pedro, Reconquista, Junín de Mendoza, etcétera. Además en esta primera etapa del plan oficial se prevé la venta del edificio que posee el organismo en Esquel, en Chubut.
En total, esta lista de 22 experimentales y campos forestales se despliega sobre 30.874 hectáreas, de las cuales pasarían “a disponibilidad” de la AABE el 87,5% del total, es decir unas 27.019 hectáreas. Como “reserva” del propio instituto de investigación quedarían apenas 3.990 hectáreas.
El proyecto de desguace es explícito y fue bautizado como “Plan de Acción Comercial Propuesto según superficies a disponibilizar”. En el caso de Medianos y Grandes Campos, se propone directamente la “venta en subasta pública”. Para lo que queda del año 2024 la idea es llevar adelante el “desarrollo de tramitaciones tendientes a la evaluación técnica, desafectación y obtención de autorización del PEN para enajenar los inmuebles”. A partir de 2025, se procederá al “desarrollo de operaciones de subasta pública de los inmuebles, continuando en forma semestral con el mismo proceso”.
Bichos de Campo