Gerardo Parra, su esposa Florencia Velo y sus pequeños hijos Rufino (8), Margarita (6) e Iruya (3), son los integrantes de la familia sampedrina que hace casi dos años y medios decidieron emprender algo nuevo, unir Argentina con Alaska viajando en un colectivo Mercedes Benz 1114 modelo 1982 reconvertido en motorhome y bautizar la propuesta como "Alas en el Mundo".
Y allí van, con miles de kilómetros transitados, cientos de anécdotas y una experiencia de vida única y emocionante.
Por estos días la familia se encuentra en Uruguay y planean regresar a la Argentina para dirigirse a Chile y desde allí comenzar a subir y comenzar a atravesar el continente.
Para contar cómo la están pasando y cómo son sus días, Gerardo Parra, habló en el aire de FM Génesis y San Pedro Informa
"Somos felices porque estamos en sintonía con lo que hacemos. Ya hace casi dos años y medios que nos fuimos desde San Pedro con este sueño de unir Argentina con Alaska pero más allá de eso también queremos conocer todo el continente y por eso vamos día a día, por ejemplo actualmente estamos en Montevideo, Uruguay", comenzó contando Gerardo Parra.
"Recuerdo que cuando dimensionamos el viaje uno pensaba que en dos años y medio ya íbamos a estar en Alaska pero la realidad nos marcó que desde San Pedro nos fuimos a Ushuaia, desde ahí cruzamos toda la Argentina, estuvimos un año recorriendo solamente nuestro país y de ahí nos fuimos a Paraguay que para ser sinceros íbamos con pocas expectativas pero a nosotros nos robó el corazón, de ahí volvimos a la Argentina para conocer Misiones y todas las cosas fantásticas que tiene", destacó.
"Una vez culminada esa etapa cruzamos a Brasil en donde estuvimos tres meses. Nos maravillamos con ese lugar y ahora hace tres meses que estamos en Uruguay".
"Le estamos haciendo un rulo al continente porque la idea es cruzar a Chile y desde ahí empezar a subir por el Pacífico. Siempre dijimos que en este viaje nuestro plan es no tener plan".
"Esto nos permite ver la mirada de nuestros hijos que tienen la posibilidad de relacionarse con otra cultura, distintos idiomas, distintas maneras de interpretar la vida en un viaje inolvidable, conectado con la naturaleza y conociendo gente maravillosa".
"Nosotros hemos elegido vivir la vida de otra manera, Alas por el Mundo es la unión de dos sueños. Yo soñaba con tener un motor home y viajar por el mundo, mientras que Flor, mi señora, me dijo que su sueño era tener un hogar de niños, así comenzó todo. Nos conocimos en el Hogar Gomendio, en donde ambos colaborábamos", recordó Gerardo.
"Esto tiene un valor y un sentido muy fuerte que es tener la posibilidad de ver crecer a nuestros niños, de regalarle lo que nosotros creemos lo más importantes que es nuestro tiempo. Estamos maravillados con la decisión que hemos tomado y todos los días sabemos que fue la decisión más correcta".