
Nos tocó el peor comienzo. Fue un golpe tan duro como inesperado. Es complicado porque creo que no fue tanto por el rival sino más por nosotros mismos. Arabia Saudita aprovechó bien las chances que tuvo y Argentina fue sorprendida. En el primer tiempo fuímos protagonista y el que el rival prácticamente no había tenido llegadas, pero el equipo tampoco se fue cómodo al descanso, le faltó algún golcito más que lo había merecido. Pero Arabia tuvo sus méritos: tiró perfecto el offside, lo uso estratégicamente y está claro que era algo que tenía bien trabajado, a Argentina le costó romper con eso, le faltó picardía para buscar alguna otra variante.
Para el plantel fue un baldazo de agua fría; de hecho se notó en la cancha que quedaron como sorprendidos. Obviamente ellos creían que iban a ganar, fueron para eso, y se encontraron con esos dos goles en contra en el arranque del segundo tiempo y no encontraron cómo revertir esa situación. Ahora lo anímico va a ser importante.
Escuchaba las declaraciones después del partido y era como que les habían pegado un mazazo en la cabeza. ¿Qué se hace? Me tocó jugar seis mundiales y la única que te queda es salir adelante enseguida. Hay que hacer el duelo rápido, estar todos juntos, charlar, marcar errores para no volver a cometerlos y pensar en lo que viene.