
Desde sus inicios en 2013, Frutos de la tierra y el río se propuso como un espacio de encuentro entre quienes producen y consumen. Los mercados de cercanía permiten disminuir los costos de transporte, la contaminación que ello implica, el fomento del consumo de productos de estación. Además favorece las economías regionales. Aunque la efemérides se cumple el martes 15, la Asociación Civil quiere anticipar la reivindicación del compromiso de quienes se acercan en cada edición. Invitan a compartir con familia y amistades el aprender y descubrir nuevas formas de consumir con criterio y de una forma consecuente. Comprender que el consumo es un engranaje que entrelaza actores, ambiente, intereses, políticas, acciones; y pensar en ellos, es un aporte hacia un mundo más justo.
El sábado se llevó a cabo la apertura con la presencia de las autoridades locales y los emprendedores.
La pandemia llevó a que sólo se realizara una feria en 2020 y tres en 2021. Este año cruzan los dedos para concretar un ciclo de seis, retomando con el cronograma que tenían pre pandemia.
La propuesta fue la habitual, con las primeras batatas del año Ipomea, calabazas y otros productos propios de estación. Tampoco faltaron los huevos de gallinas libres de Granja Kel’el. La miel con Sol Sampedrino y los deliciosos dulces de Amor para siempre y la Dulcería San Pedro. Hubo propóleos, cremas y demás de Apiseuda y Raimapu . Por supuesto también plantines, cactus, suculentas de la mano de Osvaldo Balustro, La Buena Moza y las Mamás de la escuela de Bajo de los fósiles, entre otros. Plantines El Yuyito tuvo su habitual oferta de productos agroecológicos y plantines forestales, y también Eulogia Tejidos y La Lana, con sus tejidos artesanales.